Bartola
Interior and furniture design
Year: 2017
Design: Tuux and Enrique Ollervides
Status: Completed
Location: San Ángel, México City
Photography: Edgardo Contreras
El proyecto integral del restaurante Bartola fue una colaboración entre TUUX, encargada del diseño de interiores, y el diseñador gráfico Quique Ollervides. Recuperar el espíritu de las cantinas mexicanas era parte del objetivo de esta intervención al espacio ubicado en el corazón de San Ángel, una antigua colonia residencial que destaca por su historia, monumentos, plazas, calles, así como su arquitectura civil y religiosa.
Se partió de la arraigada idea de una típica cantina mexicana, donde el propósito es disfrutar de un momento de diversión acompañado de aperitivos y botanas, rescatando elementos de la historia de estos lugares y sometiéndolos a una delicada transición a la contemporaneidad.
La fachada reinterpreta el carácter de la zona por medio de una celosía generada a partir de un módulo comercial de ladrillo. Modificando su acomodo se logra tanto un espacio decididamente contemporáneo como transmitir calidez y armonía en el contexto local.
El interior es un juego de texturas para el tacto y la vista. Elementos atemporales que, al conjugarse con materiales y líneas modernas, logran hacer del espacio un lugar único para encontrar en él lo bello de México. Un ejemplo perfecto de esto son los plafones hechos de un marco de madera de pino en los que se aloja un patrón de bejuco, pensado para acercar los techos y regalarle al espacio un gesto acogedor
La barra, típica de las cantinas mexicanas, fue diseñada con cuadrículas de madera reutilizada de muebles que existían previamente en el lugar. Sumando a esto la contrabarra, una estructura de metal, en la que se albergan finos entrepaños y donde trabaja perfectamente uno de los actores principales del lugar: el cantinero.
La fachada reinterpreta el carácter de la zona por medio de una celosía generada a partir de un módulo comercial de ladrillo. Modificando su acomodo se logra tanto un espacio decididamente contemporáneo como transmitir calidez y armonía en el contexto local.
El interior es un juego de texturas para el tacto y la vista. Elementos atemporales que, al conjugarse con materiales y líneas modernas, logran hacer del espacio un lugar único para encontrar en él lo bello de México. Un ejemplo perfecto de esto son los plafones hechos de un marco de madera de pino en los que se aloja un patrón de bejuco, pensado para acercar los techos y regalarle al espacio un gesto acogedor
La barra, típica de las cantinas mexicanas, fue diseñada con cuadrículas de madera reutilizada de muebles que existían previamente en el lugar. Sumando a esto la contrabarra, una estructura de metal, en la que se albergan finos entrepaños y donde trabaja perfectamente uno de los actores principales del lugar: el cantinero.
La diversidad de texturas comparte con la elección de ingredientes, acompañando a los comensales en una completa experiencia sensorial.